Goleada en el Monumental

Oscar Garré se vio obligado a meter mano en el equipo por culpa de los lesionados. Y terminó encontrando a un jugador que promete mucho y que ayer empezó a mostrar que puede ser una realidad en el corto plazo.
El pibe David Depetris tuvo una noche inolvidable y, con apenas un puñado de minutos jugados en la Primera B Nacional, guió al equipo hacia un triunfo tan justo como necesitado.
Atlético arrancó el partido como en los últimos tiempos: cediendo pelota y terreno al rival. Cuando almagro se encontró con esas facilidades pareció que podía complicarle la noche a los rafaelinos.
Sin embargo, jamás tuvo ideas para llegar al arco de Barovero.
Entonces le dio tiempo a Atlético para acomodarse y empezar a hacer su negocio. ¿Cuál era? Apostar por los laterales: Juárez y García comenzaron a llegar por afuera y a desnudar las flaquezas del equipo de Blanco. Enrique y Villalba le daban muchos metros a los volantes celestes para llegar hasta el fondo, para entrar por los costados.
Ya ahí, Depetris se mostraba inteligente para moverse. Se juntaba con Juárez para generar fútbol y llegar tocando. Así, no fueron necesarios los pelotazos repetidos e inoperantes para un grandote como Iglesias.
El pibe se mostraba para jugar y llegaba al área. Y una vez allí, quiso sentenciar a Tauber. En la primera que tuvo salvó el arquero. Aunque, en la segunda, ajustició al golero y marcó su primer gol con la camiseta celeste. Ya se palpitaba que era su noche.
Un rato después, corrió un buen pelotazo a Aveldaño, le ganó con asombrosa facilidad a Brown y usando el cuerpo, cuando iba de cara al gol, lo bajaron: penal y gol de Juárez. En apenas un rato, Atlético mostraba una contundencia asombrosa y asomaba la gran figura de la noche, autor del primer gol y partícipe necesario del segundo.
Como si eso no hubiera sido diferente, en la primera que le quedó en el complemento, volvió a vencer a Tauber para poner el 3 a 0. Listo, partido liquidado. Incluso, más allá del descuento de Vaccaría.
Sobre todo porque, al compás de Depetris, el equipo se mostró compacto, firme y convencido de lo que estuvo haciendo. Con una defensa segura, con Giménez robando todo en la mitad de la cancha, y con Juárez y García muy claros a la hora de atacar. Es cierto, tal vez le habría faltado un mejor acompañamiento de Fragata. Pero el ex Libertad pagó sobre el final con un gol de media distancia (el segundo en dos partidos).
Atlético volvió al triunfo, marcó cuatro goles en su casa después de mucho tiempo y mostró que el único objetivo que le queda por delante es posible. De hecho, si puede mantener cierta regularidad podrá acercarse al Reducido.

Fuente: La Opinión.