Empate en Santa Fe

Una vez más, Atlético se durmió en los primeros minutos.
Césaro dejó una estancia vacía para que Rosales encarara hasta el área y se iniciara la jugada del gol Tatengue que por una desgracia terminó convirtiendo Reynoso en contra, en su afán de despejar. Cuando se vio en desventaja, Atlético mostró que no estaba despierto tampoco, porque le llevó muchos minutos tomarle la mano a un Unión.
Después de una buena charla en el vestuario, Atlético salió con otra predisposición. Salió a buscarlo desde la convicción de sus jugadores, desde la solidaridad de Giménez, desde la solvencia de los defensores, desde la profundidad de Juárez. Y fundamentalmente, desde el fútbol de Fragata. Ese fútbol desprejuiciado, sin ataduras de quien sabe que puede hacerlo.
Y a Unión le entró el miedo a ganar. Entonces a los 3 minutos, cuando Atlético ni siquiera había pisado el área de Etulain, los chicos ya escondían las pelotas en los laterales.
Entonces, Atlético se hizo del balón, jugó 20 metros más adelante en el terreno y empezó a generar acciones de peligro. En ese sentido, Fragata fue el que estuvo más cerca de anotar, primero con un remate desde lejos y luego con un tiro libre. Luego vino una jugada en el área en la que Juárez se la bajó a Depetris y el chico definió mal en dos ocasiones. Más tarde se lo volvió a perder Fragata. Todo esto en apenas 12. ¿Y Unión? Nada. Solamente se atrincheró cerca de Etulain, a esperar que no le convirtieran. Ya no aportó nada Rosales, nada Gil y Bazán Vera era absorbido por los defensores albicelestes.
El gol se caía de maduro. Y era lógico que llegara ante una intervención de Fragata. Se escapó en el área y lo bajaron claramente.
Azpiolea correctamente marcó el punto del penal e Iván Juárez nuevamente se hizo cargo.
Un minuto antes, Cavallo se había ido de la cancha expulsado por doble amonestación. Entonces, pareció que era el momento. Garré -rápido de reflejos- lo sacó a Giménez que caminaba por la cornisa de la expulsión y lo mandó a Christovao a resistir en la mitad de la cancha junto con Césaro, que a esa altura había mejorado un poco su imagen.
Era bueno sacarlo a Giménez para evitar su expulsión, pero fue ahí cuando Atlético sacó el pie del acelerador. Ya no fue el Atlético de los primeros 20 minutos de la segunda etapa. Le faltó ese momento de decisión para ir a buscar la victoria. Aunque es cierto que en los pies de Aveldaño tuvo el gol del triunfo, pero se lo tapó el arquero.
Más allá que jugó más de 20 minutos con un hombre más que su rival, el equipo de Garré no encontró la forma de traerse los tres puntos.

Fuente: La Opinión.